13 de Abril de 2024 – Neuquén, Neuquén.
Enseñante: Gabriel Lombardi.
Freud afirmó que el deseo inconsciente no renuncia, es indestructible,
permanece anudado en la realidad material que constituye la estructura.
Llamamos síntoma a la interrogación y el desacuerdo del sujeto con esa
realidad que lo determina y ante la cual se divide. La respuesta del analista
invita a dejar de lado los efectos psicológicos o ficticios de ese desajuste, e
incitar una reescritura de historias y traumas con el cuerpo analizante,
interesado desde siempre por Otro deseo. Hace posible así una
hystorización que tal vez permita un avatar, un destino diferente para ese
Wunsch, ese anhelo infantil reprimido. El deseo puede ser un destino de la
pulsión, si entre ellos media algún amor.
Ocasión de interrogar las transformaciones en el análisis, término que
involucra ese prefijo, trans, que hoy se vende con la ilusión de transgresión
moral a la moda, de tránsito hacia el otro lado. Y de restituirlo a su uso
preciso en nuestro discurso, la transferencia, que difiere de una mera
repetición, y también del amor que resta, ese que Lacan llamó amor real,
ajustado o herético, pero electivo.